La Plataforma por Permisos Igualitarios de Nacimiento y Adopción recuerda que cuidar también es un derecho y urge un cambio en el diseño de los permisos de nacimiento: eliminar las barreras al uso por turnos.
Ante la reciente denuncia del Partido Popular Europeo, que se une a la de otros grupos parlamentarios, sobre las multas impuestas a España por no trasponer la Directiva Europea de Conciliación -que ascienden ya a 10 millones de euros- y el anuncio de Sumar de llevar al Consejo de Ministros la retribución del permiso parental, desde la Plataforma por Permisos Igualitarios de Nacimiento y Adopción (PPIINA) recordamos que la ciudadanía está pagando las consecuencias de una gestión política inmovilista y desconectada de las necesidades reales que existen en las familias.
La sociedad española necesita que este Gobierno salga de la parálisis y responda a las necesidades que siguen acuciando a la ciudadanía en materia de cuidados a la infancia, con visión de futuro y aprovechando que en este tema hay consensos amplios que responden a una demanda social clara: permisos por nacimiento igualitarios, con garantía de poderse usar turnándose ambos progenitores para que garanticen el derecho a cuidar sin penalizaciones ni desigualdades. Se puede reformar el diseño para cumplir con la normativa europea y al mismo tiempo corregir las discriminaciones que provocan los permisos actuales.
Actualmente, los permisos por nacimiento en España se regulan como iguales, intransferibles y retribuidos al 100%, lo cual es positivo y debe mantenerse. Sin embargo, nuestro país no cumple los mínimos establecidos por la legislación europea, que exige un total de al menos 23 semanas de permisos remunerados (sumando los permisos parentales de la Directiva de Conciliación y las semanas de permiso por maternidad de la Directiva 92/85/CEE).
En el caso de las madres empleadas en España, se suman 19 semanas (16 del permiso por nacimiento, al menos 2 por el permiso de lactancia y 1 por embarazo), por lo que faltan 4 semanas para cumplir los estándares mínimos. La solución está al alcance: basta con ampliar a 20 semanas el permiso por nacimiento, aplicando la “cláusula pasarela” que permite adaptar la Directiva a la normativa nacional, como ya han hecho algunos países como los nórdicos. Esta solución para cumplir la Directiva es mucho más económica para el erario y mucho más adaptada a las necesidades reales de cuidado de las familias -que son sensiblemente mayores en el primer año de vida de la criatura- que la solución anunciada y no cumplida de remunerar (en cuantía indeterminada) 4 de las 8 semanas el nuevo permiso parental creado en 2024.
Pero esta ampliación que proponemos del permiso por nacimiento a 20 semanas para cumplir con la Directiva, por sí sola, no basta para garantizar la corresponsabilidad en los cuidados. La Directiva Europea es una legislación de mínimos que sigue perpetuando roles de género porque sigue permitiendo la desigualdad en los tiempos de permiso entre padres y madres. Por tanto, se puede cumplir con ella y, sin embargo, no avanzar en igualdad ni en derechos. ¿En qué consiste la reforma que garantiza unos permisos igualitarios?
Propuestas urgentes
Desde la PPIINA llevamos mucho tiempo explicando que hay que de dar un paso más. Si queremos que en las familias se pueda cuidar durante el primer año sin desigualdades ni castigos laborales, necesitamos dos modificaciones puntuales pero decisivas en el diseño del Permiso por Nacimiento y Cuidado de Menor; dos modificaciones que, además, no implican gasto alguno para el erario
1- Manteniendo las seis semanas actuales obligatorias por persona progenitora, reducir a solo dos semanas el disfrute simultáneo forzoso justo tras el nacimiento o adopción, , permitiendo que las 4 semanas obligatorias restantes y las 10 semanas voluntarias (14 semanas en total o 18 cuando se amplíe el permiso) se puedan usar, bien a continuación de esas dos primeras semanas tras el parto, bien más adelante, dentro del primer año de vida de la criatura, en función de las necesidades de la familia . De este último modo, para las familias que así lo quieran y no necesiten estar juntos tanto tiempo, se alarga el tiempo de cuidados en el hogar y se permite una organización más corresponsable.
2- Eliminar la exigencia de acuerdo con la empresa para fraccionar el permiso a tiempo completo. Actualmente, quienes desean disfrutar sus 10 semanas voluntarias no inmediatamente después de las seis iniciales, sino más adelante, deben negociar con su empleador. Esto no solo desincentiva a los hombres a ejercer su derecho a cuidar, sino que impide a muchos progenitores organizarse para poder cuidar durante más tiempo. Por ello demandamos que cada persona trabajadora pueda decidir libremente cuándo disfrutar su permiso dentro de los 12 primeros meses, mediante una simple notificación.
El momento es ahora
Lo que necesitamos no son permisos rígidos que fuerzan e incentivan la simultaneidad, sino herramientas reales para que los progenitores puedan hacer equipo de verdad desde el primer día. Porque cuidar también es un derecho, y compartirlo, una necesidad.
Desde la Plataforma por Permisos Igualitarios de Nacimiento y Adopción pedimos responsabilidad, voluntad política y una apuesta decidida por la igualdad. Lo contrario nos condena a seguir pagando sanciones y a mantener un modelo que penaliza a las mujeres, desincentiva la corresponsabilidad y no responde a la realidad social de hoy.